Cójase un irreverente cómico inglés, una remota república ex-soviética, y a un puñado de norteamericanos puritanos, judíos, adolescentes descerebrados o fanáticos seguidores de un telepredicador. ¿Qué se obtiene? Pues … Borat. Sacha Baron Cohen se mete en el papel del reportero kazajo y se dedica a recorrer los Estados Unidos filmando sus encuentros con todo tipo de personajes.
Anoche la ví y uno, que ya se creía curado de espantos, no esperaba verse apabullado por tal desbarre y sátira concentrados en hora y media de película. Sin duda, la comedia del año. Por lo visto en Kazajstán no se lo han tomado demasiado bien, pero francamente a mi juicio los estadounidenses salen mucho peor parados.
Abténganse personas con prejuicios o sin sentido del humor. El resto, vayan y ríanse.
28 noviembre 2006 at 18:14
Cuanta verdad.
Busca en youtube para ver los programas de “Da Ali G show”. A los ingleses ya les dio leña… y sin embargo aquí es reconocido como uno de los mejores comediantes… Que bueno es saber reírse de uno mismo…
29 noviembre 2006 at 0:40
Extraído de Libertad Digital:
“Borat es muchas cosas: un desternillante triunfo de la escatología y el humor negro, una fábrica de dinero a espuertas y una franquicia en ciernes; lo peor que le ha ocurrido a Kazajstán desde las hordas Mongolas y, como señala astutamente el columnista David Brooks, una muestra supina de snobismo elitista evidenciado en la humillación de un paleto engañado. Pero es una cosa más, algo a lo que aludía Brooks de pasada pero que exige una vuelta al menos: la muestra, no pretendida, de la penosa actitud de muchos progresistas judíos hacia los cristianos americanos de clase media; los evangélicos en especial.”
Jojojo. Es que arrebañan hasta con lo más impensable. Ya lo hicieron con V de Vendetta. ¿Qué será lo siguiente? ¿Eragon? ¿Rocky Balboa?