¡No salgo de mi asombro! Acabo de recibir en mi correo (el de papel, el de toda la vida) propaganda electoral de la mano de Don Javier Arenas, exhortándome a votar en el referéndum de ratificación del Estatuto de Autonomía de Andalucía el próximo domingo 18. No da detalles, ni si quiera un pequeño resumen de modificaciones, ventajas, consecuencias o comparativas con el estatuto catalán. Dice que traerá más libertad, más solidaridad y tralará. Pero sobre todo insiste en que es plenamente constitucional. Es decir, que el único partido que se digna a informar, lo hace para lavarse la cara ante aquellos posibles votantes del PP que se indignen al comprobar que su partido respalda un estatuto que ensalza a Andalucía como una nacionalidad, al igual que Cataluña.

A las diez de la noche, el mismo Arenas invade Canal Sur para pregonar a los cuatro vientos que «el estatuto andaluz se parece al catalán como un huevo a una castaña, para empezar el catalán define a Cataluña como nación, mientras que el nuevo estatuto andaluz garantiza la unidad de España». Buscamos un poco por internet los dos estatutos y despejamos dudas.

Estatuto Catalán 2006, Artículo 1:

Cataluña, como nacionalidad, ejerce su autogobierno constituida en Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y con el presente Estatuto, que es su norma institucional básica.

Propuesta de reforma, Estatuto andaluz, Artículo 1:

Andalucía, como nacionalidad histórica y en el ejercicio del derecho de autogobierno que reconoce la Constitución, se constituye en Comunidad Autónoma en el marco de la unidad de la nación española y conforme al artículo 2 de la Constitución.

Eso de unidad de nación española es una redundancia, ya que la Constitución, de por sí, la garantiza. El PP se burla de sus votantes y el PSOE simplemente ignora a los suyos. En 1981 se repartieron ejemplares del estatuto casa por casa. Un ejemplar en mi poder, de la mano de mi santo padre. Quedan cuatro días y nadie me informa de nada. Sólo hay cobertura mediática para el SÍ, y a través de las sabias palabras de andaluces de pro, fieles representaciones del intelectualismo andaluz, como Andy y Lucas o Los del Río. Para buscar propaganda del NO hay que recurrir a Ciudadanos, la plataforma de origen catalán, de la cual por supuesto no voy a tomar mano, y del Partido Andalucista, cuyo único documento que he podido encontrar es un triste video de la televisión local de mi ciudad. El cariz berlanguiano que ha tomado este tema hace que me plantee el voto. Puede que me decante por el NO, pero no es por hacerle el juego a los españolistas centralistas o al PA, sino como señal de protesta contra esta gran burla a los andaluces.

Anterior: ¿Sabe qué es un estatuto? (I)